Hay derrotas con sabor a victoria y triunfos que no te llenan de orgullo

Adel Adrián Lopez Montilla
No se trata de un discurso moralista, yo también he ganado y no me he sentido para nada orgulloso de mi triunfo, pero esta vez perdí y no puedo ocultar ese sabor dulce del sentir cuando se obtiene una victoria.
Llevar a tu rival hasta el extremo, y dejarlo cometer el fraude para que gane y se sienta feliz por lo que hizo, no solo ratifica que tu derrota sabe a triunfo si no que hay victorias que no les dejaran dormir cuando inclinen su testa sobre la almohada y empiece su juicio de valor.
Eso yo lo he sentido, cuando se me dio por ganar y no de buena forma, y por eso la lección esta aprendida, he sufrido el castigo de las acciones, pero el que te equivoques y te corrijas no te condena a que no exijas a los demás cuando veas que quieren ganar bajo el manto de la ilegalidad.
“En el momento de la derrota más oscura, la victoria puede estar más cercana. Willian Mckinley”.
A los victoriosos que se engañan entre sí, mucha humildad en su celebración, a veces ser recatado y poco ruidoso, ayuda a que tu travesía de lo ficticio no le de herramientas a tu rival que seguro lo seguirá intentando y mas si sienten que tienen en sus manos la formula para vencerte. Nunca hay un plan perfecto y menos cuando se usa la maldad para sostener lo insostenible.
“La derrota tiene una dignidad que la victoria no conoce.” Jorge Luis Borges.