La mal llamada reactivación económica en córdoba, está muy lejos de la realidad

Solo hasta hoy empezamos a despertar del letargo inducidos por una ilusión, desde hace mucho tiempo soñábamos con la apertura de los sectores del comercio para volver a lo que ingenuamente le llamamos “normalidad” pero eso llevado a la realidad está muy lejos de nuestras intenciones e ilusiones.

Córdoba un departamento que su característica, su historia o desempeño económico no tiene la tendencia o figura como un territorio de industrias o grandes empresas, por eso se hace casi imposible que una reapertura pueda generar un impacto positivo o por lo menos rápido en la dinámica económica.

El escenario es dantesco, recorrer los municipios en su sector comercial nos muestra el cataclismo que paso por el sector productivo. Esos que generaban empleos y que hoy sus negocios o lo que queda de ellos tienen un letrero de se arrienda.

Si pensábamos llegar a la normalidad con la mal llamada reapertura económica, estamos muy equivocados, este proceso demorará muchos meses y para ser poco optimistas muchos años, pero eso por ahora no será.

Sobreviven los fuertes o los que la dinámica del virus los hacia necesarios y vitales, supermercados de cadena, farmacias, tiendas, ventas de alimentos de domicilio, licores etc. También aquellos que sus locales eran de su propiedad y el pago de arriendo no era lo que los podía agobiar. No hay, no existe y no se vislumbra unas políticas serias y direccionadas para darle la mano a los comerciantes que lo perdieron todo.

Cuantos comerciantes hoy 24 de septiembre pueden decir y dar su testimonio que su negocio reabre las puertas gracias al apoyo de las alcaldías o de la Gobernación, seguramente serán contados con los dedos y es posible que de ser así es porque hacen parte de la nómina selecta de sus amigos y no por políticas claras establecidas para el apoyo a la reactivación comercial en sus municipios.

Lo poco que se ve en las calles, lo poco que hace que algo se vea y gire el dinero y con ello la satisfacción de alguna de las necesidades en las familias cordobesas, se lo debemos al comerciante informal. Una vez más queda demostrado que en córdoba vivimos de la informalidad.

Es de entender que no hay plata para tanta gente, es de intuir que la situación y los presupuestos están golpeados, pero en el marco de la emergencia nos damos cuenta de muchos gastos que se pudieron evitar y que aún se siguen mal gastando, estos recursos hoy nos hacen falta para dar la mano al comercio en general, al pequeño empresario al pequeño emprendedor.

Rajados en el tema del manejo de la pandemia y rajados en el tema de la economía. El sol es difícil taparlo con las manos y menos cuando existen portales como el de hablando claro que llegara el día de llevar nuestras denuncias a los organismos de control, alguien debe hacer caso y si en el ámbito local no funciona, llevaremos las denuncias a otras instancias.   

Hablando Claro

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