La masacre laboral del hospital San Jerónimo.

“Crónica de una muerte anunciada”

El día 18 de septiembre del presente año, habíamos anunciado lo que conocimos por una fuente muy allegada a la entidad de salud, era irreversible el despido masivo en el hospital.


Lo anunciamos y se dio, la guillotina laboral llego al San Jerónimo y descabezo al que no tiene cimiento o soporte político, en otras palabras, el que no tenga el famoso papelito que lo recomiende se va.


Médicos, enfermeras, aseadores, administrativos, hicieron parte de la lista macabra de Rubén Trejos, que por ordenes no sabemos de quien empezó con la masacre laboral que ya estaba anunciada por nuestro medio.


Lo extraño del tema es que los despidos llegan en épocas de pandemia, que para unas cosas esta vigente, pero para otras parece que no, como por ejemplo para justificar la salida de médicos y demás personal, basados en que ya no los necesitan.


Los héroes que le colocaron el pecho al virus hoy son despojados de sus puestos de trabajo por el cáncer que nos mata en Córdoba “la palanca política”. Desde ya se soban las manos los mandatarios de turno, se avecinan unas elecciones al congreso y lo que se necesitan son puestos vacantes para ir acomodando sus fichas.


Definitivamente el Gerente Interventor tiene un buen padrino, el hombre hace lo que sea bajo la mirada cómplice de algún sector de la prensa, entidades del estado, entidades de control y mandatarios de turno, si acaso no son ellos los causantes del despido masivo.


La masacre laboral del hospital San Jerónimo fue una crónica de una muerte anunciada, que nadie le prestó atención y llego silenciosamente para acabar con las oportunidades laborales.


Unos se van y seguramente desde la otra semana se vera el desfile de postulantes con el papelito en la mano.

Hablando Claro

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