Se acabó la falsa tranquilidad en Montería.

Llegó la reapertura y con ella los bandidos.
En las recientes declaraciones el coronel de la Policía Metropolitana de la ciudad de Montería manifiesta que se tuvo una reducción de 457 casos menos que el año anterior en materia de robos y todos sus derivados.
Coronel ese análisis le hace falta agregarle que duramos mas de siete meses encerrados y que es obvio que los delitos se iban a reducir, si no hay gente en las calles el bandido tampoco va a salir.
Para la muestra un botón, apenas se dio la reapertura del comercio, se dio flexibilidad en cuanto al tema de pico y cédula, con ellos llegaron los robos, atracos, asesinatos, extorsiones, y demás delitos en la que se ven implicados un opresor y una víctima.

No podíamos esperar una reapertura y no tomar las medidas de prevención necesarias para no dejarse ganar ventajas de la delincuencia, los casos de capturas se deben a la reacción de la comunidad y en algunos casos como el de ayer a la misma pericia del agredido.
Cámaras en mal estado, parque automotor deficiente, y poca reacción institucional, el bandido sabe cuando hay deficiencias, el ladrón sabe dónde actuar y en qué momento hacerlo.
Manos a la obra y no hay que engañarnos con cifras que no son acordes a la realidad, si hay una disminución en la delincuencia en Montería comparándolo con el año anterior, es por los efectos de la pandemia y sus restricciones y no por acciones propias de las instituciones.