Un poco de historia #Proceso8000 y la testigo asesinada

En 1996, Elizabeth Montoya de Sarria apodada la Monita Retrechera, fue señalada por Santiago Medina de ser el enlace entre los líderes del Cartel de Cali, Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela y la campaña de Ernesto Samper.
Samper había negado conocer a la Monita Retrechera pero
una conversación grabada en 1994 y publicada por los medios de comunicación en 1995, fue la prueba de lo contrario:
“Ernesto Samper: Mona, pero ¿Cómo hago para volarme si tengo un programa de televisión acá? Le hice un campito a las doce y media. Venga, no sea así de retrechera.
Elizabeth Montoya: No, Ernestico, por favor. Por favor, no me vayas a hacer quedar mal. Yo que tanto te quiero, no me vayas a hacer quedar mal. Son diez minutos.”
El primero en caer preso fue su jefe de campaña Fernando Botero Zea. Ya preso, comenzó a colaborar con la justicia e inclusive saca a la luz esta fotografía de Samper con la Monita y se supo de la cercanía de ambos. Se dice que la Monita le habría regalado un anillo de diamante el día del cumpleaños de la la esposa de Samper, Jacquin.
Santiago Medina, el tesorero de la campaña, reveló que la Monita conseguía financiación para Samper, como prueba existía un fax de una donación de 100 mil dólares del narcotraficante Nelson Urrego.
Medina también expresó que la Monita quería colaborar con la justicia. Acá la cosa se complica.
En ese momento los nexos de la Monita con el narcotráfico eran cada vez más evidentes y siete meses después de la declaración de Medina, le llegó la muerte a la Monita Retrechera.
El 1 de febrero de 1996, Elizabeth llegó a un edificio en el norte de Bogotá donde se iba a encontrar con dos jovenes cubanos para practicar un ritual de santería para su protección. Ella acostumbraba a hacerlos y se dice que Samper alguna vez también participó de ellos.
Ese día, unos sicarios irrumpieron en el apto y la asesinaron al propinarle 14 disparos de subametralladora. Nunca se pudo efectuar diligencia alguna que ayudara a esclarecer su verdadera participación en la financiación de narcotraficantes de la campaña de Samper. El resto de la historia la conocemos. Samper salió libre de todos los cuestionamientos con su famosa frase de que “todo fue a mis espaldas” y la Comisión de Acusaciones en el Congreso lo absolvieron, contra toda evidencia.
Es imposible no recordar este suceso hoy cuando Colombia se asombra ante la noticia del asesinato del Coronel Óscar Ávila, vinculado con las chuzadas de las empleadas de Laura Sarabia, ex jefe de gabinete de Gustavo Petro. #Proceso15000
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