Por: Adel Lopez Montilla
En ocasiones las multitudes, sonrisas, venias, halagos y una que otra sobada de chaqueta, no significan respaldo, respeto y admiración.
El gobernador de Córdoba, Orlando Benítez, es un excelente orador, maneja muy bien las cámaras y los medios, sabe cómo darle la vuelta a una adversidad y ponerla a su favor, pero desde hace unos días atrás ese marketing como que no está funcionando, declaraciones que da a los medios, declaración que es destrozada por los seguidores en redes sociales.
No es para nada normal que alguien que llegó al poder con el sello del golpe de opinión, reciba una avalancha de críticas cuando hace un comentario.
Ayer decía en un medio local “El que juega con la necesidad de la gente, el que hace un show mediático en medio de la calamidad es una forma explícita de burlarse. Nos da rabia saber que esto es un problema histórico que se ha podido resolver desde antes” enfatizaba haciendo referencia a la tragedia que enfrentan los municipios que hoy está bajo las aguas.
Pero el gobernador está en un laberinto, en el que él sabe que le quedan escasas salidas, la gente, su pueblo, no le sentó muy bien lo que dijo y de trece comentarios que es una cifra poca, trece comentarios fueron negativos y eso si significa mucho.
Le recordaron que de show mediáticos si sabe el, le recordaron su falta de gobernabilidad, le recordaron que el también hace parte de ese gobierno pasado que no le dio solución a la problemática.
El gobernador en su laberinto tiene que sacar lo mejor de sí y entrar a competir con los que eran sus aliados que lo llevaron a la gobernación, en los barrios los comentarios no son buenos, y que decir del inconformismo de muchos alcaldes que si bien es cierto le hacen la venia, le sonríen, le brindan la pleitesía, lo toleran, pero no se tragan ese sapo.
Le toca un reto muy grande, competir con sus aliados y competir con su propio partido, el gobernador en su laberinto no ha entendido que en política y en todos los aspectos conseguir es más fácil que sostener y si te llenas de egocentrismo, del yo con yo, seguramente subirás muy alto pero la caída puede ser muy fuerte.