Cada día que pasa nuestros hijos hacen parte de la temática política y ramillete de leyes, alejándolos del seno familiar y formación de su propia personalidad.
El niño de hoy tiene muy claro cuál son sus derechos, pero se les olvida sus deberes.
Al niño de hoy se le enseña a defenderse, pero no a respetar a los demás.
En el congreso de la república se está legislando en un proyecto de ley que prohíba el castigo físico a los hijos, este proyecto tiene sus defensores y detractores.
Los defensores lo miran desde la perspectiva que el niño que se castiga físicamente, es un infante que a futuro será agresivo y castigador, los detractores de la iniciativa de ley, manifiestan que hacer una ley como estas es violar el seno familiar y el derecho a corregir y educar a sus hijos.
Lo cierto es que la corriente que la defiende tiene su apoyo y origen en el gremio de psicólogos que defienden la teoría de que al niño se le debe educar y corregir con amor y no con castigo físico que trae según los psicólogos secuelas en los menores.
Ambas corrientes son valederas y tienen razón, pero hay que aprender a diferenciar entre el castigo y el maltrato, al muchacho hoy no se le puede levantar la mano cuando ya te está amenazando con el bienestar sin importar la causa de la molestia de los padres que ven como el menor incurre en una falta. En este caso se aplica la afirmación que el niño aprendió a conocer sus derechos como hijo, pero no sus deberes para con los demás.
Al muchacho hoy no se le puede corregir y contrario a la teoría de los psicólogos del amor como fuente de buen levantar y desarrollo de la personalidad, los muchachos se levantan más indisciplinados, groseros y mal educados, bienvenidos los que no entran en esta afirmación.
Muchos fuimos levantados a punta de chancleta y correa y no estamos para nada traumatizados, menos somos violentos y si tenemos una personalidad bien definida.
¿El exceso de amor y debilidad en la autoridad sea física o no tendrá que ver con los altos índices de suicidios de menores?
Queda la sensación que cuando hay mucha complacencia y de un momento a otro una restricción lleva al infante a cometer locuras que en tiempos pasados casi no se veían.
¿Está usted de acuerdo con el castigo físico?